viernes, 4 de julio de 2008

Teatro e Idealismo

El Teatro es el último foro donde el idealismo sigue siendo una abierta cuestión: en todo el mundo hay muchos espectasdores que, de acuerdo con su propia experiencia, afirmarán haber visto el rostro de lo invisible mediante una experiencia que, en el escenario, superaba a la suya en la vida
Peter Brooks, “Más allá del espacio vacio”.
Teatro del silencio, el “Teatro-laboratorio”, Teatro Pobre, el Open Theatre de los años sesenta, Teatro Campesino, Bread and Puppet Theatre, Odin Teatre, Berliner Esemble,....... son sólo algunas de las infinitas formas que ha adquirido las búsquedas de sentido que desde los años cincuenta concurren en el mundo teatral contemporáneo . Es ya famosa aquella expresión de Peter Brooks cuando afirmaba:

La terrible verdad es que si se cerraran todos los teatros , la única impresión de pérdida sería la sensación de carencia de una de las comodidades de la vida civilizada, no mucho más allá que si desaparecieran los autobuses o el agua corriente.... estamos en un mundo sin gobierno, por primera vez un mundo sin dioses, sin posibilidad de soluciones abiertas a la esperanza”.

Hay en el mundo teatral una agitación precipitada que se concreta en la aparición de propuestas escénicas cada dos o tres años. Una búsqueda inquieta de lo que sea la esencia del Teatro. Una resistencia a aceptar aquella proclama de Nicolas Luckman que ha impregnado la inmensa mayoría de las propuestas artísticas que circulan en los medios de comunicación mayoritarios:

“ El Arte ha muerto”.
Pese a las innumerables opciones culturales de las sociedades postindustriales, la consolidación del cine, la proliferación masiva de la cultura televisiva, la circulación de la información por innumerables canales y dispositivos en lo que en boca de los Hermanos Toffler ha venido a llamarse “ “Tercera Ola”; Un mundo donde la información circula ochocientas veces más rápido que hace sólo un siglo. Pese a todo ello, es en el mundo del teatro donde más movimiento en términos de propuestas de sentido ha habido: Los Grupos proliferan, los talleres( que no los teatros) se llenan, las Salas se mantienen las más de las veces, en la más absoluta ruina financiera ante la imposibilidad de competir con otras industrias.

En pocas profesiones como la de actor se asume la imposibilidad de vivir de ella, pese a lo cual el interés por el Arte de Melpómene nunca parece estar en cuestión:

“ Hoy en día el Teatro es la mayor de las locuras. Pero, pueden faltar los medios, las instalaciones, el dinero......Sin embargo toda persona de teatro sabe que, por alguna razón que se nos escapa, el teatro no puede morir” Grotowsky, 1973

En medio de toda esta agitación, que aún hoy en día continua, corría el año 1987 cuando un filósofo llamado Jorge Angel Livraga escribía un pequeño librito titulado : “el Teatro Mistérico en Grecia: La Tragedia”. En ella, ajeno seguramente a toda esta agitación teatral pero sin duda alguna no ajeno a la tremenda crisis de sentido que asolaba y asola a nuestro tiempo, este pensador acudía con naturalidad al concepto y función originaria del Género Dramático

“ El Teatro es la Realidad sin las limitaciones del Espacio ni del Tiempo. Es creación humana tan solo en las formas. Su espíritu es metafísico y por ello lo denominamos Teatro Mistérico”
Posteriormente, y con la misma naturalidad y (osada) sencillez, proclamará:
“El ideal de un teatro así es que el espectador salga de una forma distinta a como entró. Es, de alguna manera, un teatro alquímico”

Como persona cercana al mundo del teatro, os invito, amables lectores, (pertenezcáis o no al mundo del teatro) a un pequeño viaje por estas dos ideas....porque ...

¿ Y si esa “razón que se nos escapa” para que el Género Teatral, -sin medios, sin sentido(aparente), sin posible competencia ante la increíble sofisticación técnica – siga generando magia en toda persona con un mínimo de sueños, de anhelos de idealismo sea su naturaleza metafísica?

¿ Y si frente a la inquietud y agitación del mundo del teatro por encontrar un centro(lo cual le honra) nos centráramos y unificáramos en “que el espectador salga de manera diferente a como entró”?

Ambas ideas fueron la que hicieron nacer el Teatro en nuestro mundo , veamos cómo lo hicieron, veamos en qué concepto del hombre y del mundo se movían, y veamos si no será que tenemos que empezar a asumir que tenemos una función de regeneración del mundo en que vivimos en vez de empecinarnos en que se nos acepte en el estado de cosas:

“ Es el arte una suerte de sacerdocio, de mediador oficiante, de conductor de la conciencia más allá de la materia oscura, hacia los misterios de la vida...”Miguel Angel Padilla

Y si recogemos el desafío, en medio de tanto ruido y búsqueda desenfrenada, nos proponemos volver la vista a aquello que hizo nacer con fuerza este arte entre los hombres y Viajamos, pues al origen del Teatro, como nos dice El Profesor Livraga:

¡VOLVAMOS A CASA!

Extraido del Libro: “Ardiendo en el Arte” de Carlos Roldán López